viernes, 27 de noviembre de 2009

EL COLECCIONISTA DE NOMBRES

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Aveces pienso que soy solo palabras que un día alguien pronunció.



A veces cierro los ojos e intento recordar lo que un día fuí. Pero la vida es difícil y a veces dispara con balas que no puedo parar. Mi vida se diluye poco a poco entre cosas inconexas que mi mente no puede retener. Por eso repito las palabras poco a poco, en silencio, palabras que no quiero olvidar, porque ellas son lo único que me unen con la realidad, ellas son las únicas que me hacen sentirme mejor. Las palabras me devuelven a lo que fuí, a lo que soy. Hombre, luz, miedo, angustia, amor, locura, tristeza.

Estoy empezando a olvidar, no sé lo que he sido, lo que hice, a quién amé. Y No consigo entender porque me destruyo poco a poco, porque mi mente se vacía y porque las cosas no tienen sentido. Quisiera recordar , porque olvidar significa no ser.

Alguien se acerca, me acaricia, la miro y no sé quién es. Me besa, intento decirle algo, pero soy incapaz de recordar. Te quiero, me dice. Cierro los ojos y repito lentamente Te quiero, te quiero, te quiero. Su cara se ha perdido en mi mente. Siento que estoy muerto porque una persona sin recuerdos es alguien a quien la vida lo abandona . La miro. No se quién es y le repito Te quiero. Ella me sonríe. Te quiero, te quiero, te quiero. No deseo olvidar esa palabra. Sé que es importante para ella. Sé que es importante para mí.

Cojo mi libreta y apunto mis palabras, aquellas que no quiero perder. Cada día apunto palabras que me permiten seguir viviendo, seguir respirando, seguir siendo un día más lo que alguna vez fui.

Me levanto. Miro por la ventana. La mujer sube en un coche . Alguien la espera. Siento tristeza. El cristal de la ventana refleja un rostro, apenas lo reconozco, algún día no sabré quien soy, algún día no sabré que significan mis palabras. Mientras tanto las voy repitiendo en mi mente.

Me paso el día mirando las cosas vacías que me rodean, siempre intentando recordar. Las cosas son la única realidad que tengo, ellas son como yo, solo palabras, nombres sin sentido que algún día se irán para no volver nunca jamás, como me iré yo, como se fue ella. Me he convertido en un coleccionista de nombres, letras que algún día olvidaré para siempre. Mientras tanto miro mi cuaderno lleno de garabatos que intento leer, y repito lentamente palabras que no quiero olvidar. Hombre, luz, miedo, angustia, amor, locura, tristeza.

Cierro los ojos. No veo nada. No puedo ser lo que no soy.

Mis ojos no se han olvidado de llorar.

No es olvido, es tristeza.

Me siento mejor.

4 comentarios:

Ester dijo...

Yo también me siento mejor, me has hecho sentir mejor

Beckett dijo...

Gracias Ester por tus palabras y por seguir mis relatos.

amelia dijo...

Cuido a una señora mayor invidente, ella pierde poco a poco las palabras y la razón, pero lo que no pierde son sus mejores momentos donde amo y fue amada, eso no lo pierde entre los laberintos de los años y el olvido, recuerda a su marido y al amor que le profeso siempre,
buen relato, nos vemos.

beckett dijo...

Gracias Amelia, las palabras aveces nos buscan y nos enseñan que la realidad tiene sombras y luces que no podemos entender