sábado, 14 de mayo de 2011

ARENA EN LOS ZAPATOS

Haz un click en la imagen y escucha



Y nos volvimos a ver. Quizás fue suerte o quizás así tenía que ser. Nos abrazamos. Hacía mucho tiempo . Fue mi amigo. Mi mejor amigo. Y fueron tiempos en los que tú por mi y yo por ti. Sus ojos eran vivarachos como los que conocí. Pero sus arrugas, como las mías, se doblegaban ante el peso de la vida.

Con él recorrí los ochenta. Otra época, otras ideas. Buscábamos algo por lo que luchar, descubrir un tesoro escondido bajo la palmera en una playa solitaria. Por bandera mi camisa y por país ese pedazo de tierra donde dejábamos la mochila.

Nos sentamos en un viejo bar. Pedimos unas cervezas. Y miramos hacia atrás buscando lo que un día fuimos y ya no somos. Buscamos esos sueños que un día murieron. Hablamos de lo que el tiempo y la vida nos arrebató sin misericordia. Hablamos de lo que ya no éramos, de lo que nunca seremos.

Sentado frente a mí, vestía traje y corbata. Sus zapatos eran de piel. Sin embargo nuestros pies dejaron huellas en otras tierras, en otras orillas, allí donde con una guitarra y una hoguera cantábamos al amor y a la libertad. Libertad sin renuncia y abajo el poder. Gritábamos.

Sonó su móvil . Y Los ochenta se perdieron para siempre. Ahora solamente quedaba el recuerdo de aquellas risas, de aquellas fiestas de pueblo,de aquellos besos robados, de aquellas noches infintas compartiendo aventuras. Tú por mi y yo por ti.

Nos despedimos. Dale un beso a tu mujer y a los niños. Igualmente.

Mis ojos se hiceron más pequeños.

Este mundo ya no era el nuestro. Nunca lo será.

Levanté mi vaso y brindé por aquellos que habían quedado en el camino.

Va por ellos