Puede que todo sea
casualidad. Puede que tu y yo compartamos un mismo tiempo, un mismo
espacio. Puede que la vida sea un milagro o que todo sea un sueño.
Pero miro a través de tus pupilas y sólo puedo ver un universo
infinito. Miles de mundos diferentes surgen ante el balcón de tus
ojos. Busco el principio y el origen y solo encuentro un camino que
se pierde cuando la luz del sol derrota la noche.
Busco al dueño de la
creación y sólo puedo encontrar el murmullo incesante de tus
palabras cuando dicen mi nombre. Estamos solos y hemos perdido toda
la fe que nos han enseñado. Pero nos queda un universo misterioso
que nos ha creado a su imagen y semejanza. Cuando cierro los ojos y
te siento cerca puedo entender que la vida es algo más que un mundo
azul. Siento la música que surge de tu alma y que vibra junto a las
partículas de las que estamos echos.
Siento que hay algo más
profundo que la tierra que piso y que el aire que respiro. Paso a
paso seguimos por ese camino que ninguno de los dos conoce pero que
nos enseña que en tus labios se esconde el infinito. Queremos saber
que significa vivir y solo tengo tu piel desnuda para entender que
hay un hombre que necesita creer en algo más. Por eso busco en el
fondo de mi esperanza alguna puerta que me lleve a los universos que
puedo ver a través de tu mirada.
Ya no puedo rezar. Mi
oración se ha transformado en un sentimiento que me ata a tu
soledad. Me gustaría creer que el universo eres tu y que puedo
viajar por las estrellas que escondes dentro de ti. Pero me has hecho
comprender que la realidad es algo más que el ruido que provoca. La
vida es la emoción de tu risa, la sensación de que todo está unido
por un laberinto de hilos que nos unen con las cosas que nos pasan.
Todo tiene sentido si entiendo que tu y yo somos la misma sombra que
se aleja cuando anochece bajo los soles que impulsan éste universo
hacia el infinito.
Amén.
Amén.
1 comentario:
el amor,
Publicar un comentario